Obamanías

Este no es un texto serio, es más bien, un texto desesperado ante la aparición de la “esperanza”. Durante toda esta semana me he preguntado: ¿puede haber algo más estúpido que aumentar la palabra “manía” a cualquier otra palabra que de pronto se ponga de moda? Desde el día martes y luego de las elecciones norteamericanas, donde Barack Obama resultó electo, las frases “el primer presidente negro”, “la esperanza negra”, “el candidato de África” (¿?), “el ejemplo del sueño americano”, quedaron a nivel de campeonato interbarrios cuando a alguien se le ocurrió lanzar la palabreja: Obamanía. Entiendo entonces que hay una ¿manía por Obama? Y de pronto, Daniel Craig (sí, el que fue cuestionado por los puristas amantes del 007 por “tener el pelo rubio”) declaró durante la presentación de Quantum of solace que: “Después de la victoria de Obama pienso que puede haber llegado el momento para un agente 007 de color”, es decir, que si Obama no hubiera salido electo, entonces… ¿no cabría la posibilidad? Ahora sólo falta que a alguien se le ocurra proponer que Harry Potter, los Pitufos, Los teletubies, Los Simpsons, todos sean “de color” para democratizar las pantallas. Y eso es lo que me ha dejado con una gran duda que cada día se torna más en preocupación: ¿cuántos disfraces puede tener el racismo? Porque de que hay racismo en el mundo, lo hay, y en escalas que aceptarían adjuntarle la espantosa palabra manía. Sin embargo, ¿No es acaso que ahora que recién llega a gobernar una persona negra al país más poderoso del mundo, muchos tendrán que agachar la cabeza y morderse la lengua para aceptar lo que siempre detestaron? Creo que ese es el verdadero racismo peligroso, el oculto, el asolapado, el que esconde el odio tras una sonrisa mientras espera obtener un beneficio, e imagino que se verán desfilar a cientos de esos especimenes en esta nueva etapa de gobierno norteamericano, que Obama asume en medio de un mar de problemas: el petróleo, la guerra, el pedido de paz en su mundo (que no es el nuestro, ojo), la crisis mundial (que aseguran y reaseguran no nos afectará), la bolsa de valores que se desploma cada vez que garúa en Lima, el rumor del Amero como posible valor de cambio producto de la fusión de EE.UU. México y Canadá, pareciera que viviéramos en la trama de un thriller en formato de best seller. En fin, a ver si pasada la Obamanía post electoral el mundo cambia en algo para mejor. Aunque sea alguito.

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