Tragedia en el Cerro San Cristóbal: desgracia tras desgracia
Lima, como ciudad, ha vivido en menos de un mes dos tragedias inmensas, que han mostrado la gigantesca miseria moral en la que caminamos a diario, muchas veces sin darnos cuenta (o sin querer darnos cuenta).
El incendio en la galería Nicolini (que demoró cuatro días en apagarse), en Las Malvinas, en cuyo techo se habían instalado containers donde se encerraba a jóvenes menores de edad para trabajar en condiciones de esclavitud (y de cuyos cuerpos apenas se encontraron restos esqueletizados), desnudó el inframundo de las condiciones laborales donde superviven los que menos tienen, los que no tienen más oportunidad que aceptar un encierro de 12 horas por 5 dólares diarios, de lunes a domingo.
Si las desesperantes escenas de esos jóvenes encerrados sacando sus brazos por los pequeños espacios que el container les permitía, para poder respirar y avisar que los rescataran mientras las llamas se devoraban todo, habían golpeado más allá de la indignación, lo ocurrido ayer en el Cerro San Cr…
El incendio en la galería Nicolini (que demoró cuatro días en apagarse), en Las Malvinas, en cuyo techo se habían instalado containers donde se encerraba a jóvenes menores de edad para trabajar en condiciones de esclavitud (y de cuyos cuerpos apenas se encontraron restos esqueletizados), desnudó el inframundo de las condiciones laborales donde superviven los que menos tienen, los que no tienen más oportunidad que aceptar un encierro de 12 horas por 5 dólares diarios, de lunes a domingo.
Si las desesperantes escenas de esos jóvenes encerrados sacando sus brazos por los pequeños espacios que el container les permitía, para poder respirar y avisar que los rescataran mientras las llamas se devoraban todo, habían golpeado más allá de la indignación, lo ocurrido ayer en el Cerro San Cr…