IRON MAIDEN: CUANDO EL SUEÑO SE HIZO REALIDAD



¡Scream for me Lima!

Iron Maiden nos puso el reto. Fue un toma y daca entre los fanáticos y la legendaria banda británica. Maiden no nos daba un respiro, y cuando lo hacíamos otro golpe de energía absorbía nuestras almas. Dickinson nos hizo gritar hasta la médula y sacó las notas más altas para acompañarlo en todas sus canciones. Él y su cofradía de guitarras nos enseñaron que no son sólo metaleros, Iron Maiden es otra cosa, han llegado a límites que ninguna otra banda se podría imaginar porque ellos son los “dioses del Heavy Metal”.

Jueves, día complicado de la semana. Desde temprano, en la cola que daba la vuelta al Estadio Nacional, los polos negros con innumerables dibujos de “Eddie”, la mascota del grupo, se veían de diferentes tamaños, formas y colores. Tres generaciones esperaban en la inclemencia del sol del mediodía. Muchos habían pedido permiso en sus trabajos, se habían enfermado o simplemente se rebelaron ¡Cómo es posible que tu jefe no conozca de quiénes se trata! La noticia dio la vuelta al mundo, los ingleses por primera vez visitaban Perú. Ese lejano país que tiene una maravilla mundial, “Machu Picchu” y una comida deliciosa que ya traspasó fronteras.
Habíamos comprado los tickets de un tren del cual no sabíamos su destino hace tres meses. Sin embargo, teníamos la certeza que la ruta que tomara sería la indicada.



Tres de la tarde. La gente se impacienta, muchos corren, regresan a sus colas. Se escucha que ya van a abrir las puertas. La fila empieza a avanzar. La Tropa camina lentamente ilusionada. Recuerdan la letra de “The Trooper “Me quitarás mi vida, pero yo también te quitaré la tuya”. Llegamos a la puerta del coloso, rota la entrada, a buscar la mejor ubicación para presenciar el show. Encontramos un lugar privilegiado. Treinta metros aproximadamente, no está mal. Telas negras ocultaban el escenario. Seis integrantes de mi tropa hicimos un círculo y nos sentamos a descansar. El cielo estaba nublado pero iluminado por momentos. El sol implacable nos desgataba. Le pedíamos que se alejara, finalmente se ocultó.



La noche. Era atípica, se pasaba lentamente. Siete de la noche, sale la banda nacional MASACRE. Quisieron calentar el ambiente insultando a la tribuna y escupiendo el escenario donde tocarían los dioses, qué falta de respeto y que desagradable. Se fueron. Le tocó el turno a la hija de Steve Harris, bajista y fundador de la banda. Los pantalones de cuero ceñidos y su rostro ‘dark’, excitó a la fanaticada. Lauren Harris cumplió su cometido. Desarmaron los equipos y todo quedó oscuro, era el preludio a lo que venía.
Un poco más de la nueve de noche. Transilvania sonó y las imágenes aparecieron en las dos pantallas gigantes. Un homenaje a los fans. El famoso discurso de Winston Churchill, que animaba a sus compatriotas a luchar contra la invasión nazi, fue el inicio para “Aces High” y el estadio estalló. La voz de Bruce Dickinson, el bajo de Steve Harris, las guitarras de Dave Murray, Adrian Smith, Janick Gers; y la batería de Nicko McBrian, nos llevaron por un vórtice al pasado, estábamos viviendo el viejo sueño cuando, ya grandes, entre copas comentábamos con los amigos ¿Vendrán algún día? Transformándose nuestros rostros incrédulos.



¡Scream for me, Lima! Dickinson dijo la famosa frase esperada de la noche. Lo que vino después, fue una ráfaga de sus mejores canciones: "Two Minutes to Midnight", "Run to the Hills", "Fear of the Dark", ", "The trooper", "The number of the beast", y "Wrathchild". El gran Bruce, saltaba, corría, derrochó una potencia impresionante a su edad. Cuando salió con la máscara tribal cantando “Powerslave” la pleitesía fue total. A los gritos seguidos de ¡Scream for me, Lima! y ¡Scream for me, Perú! los ojos llorosos de algunos fanáticos de base 3 y 4 se dejaron ver. El sueño era real. Iron Maiden estaba tocando y sonando igual que en sus discos. El impecable sonido de la banda, su puesta en escena, la salida de la mascota del grupo, “Eddie”, demostró que estábamos ante unos artistas de primera categoría y nosotros, devotos, no los defraudamos. Y ellos, en recompensa, nos regalaron sus objetos.
A pesar que no hubo la pirotecnia prometida, ni salió la momia, pasó desapercibida por la entrega del grupo. Algo que hablaremos unos buenos meses.
Prometieron regresar el 2011. Solo un pedido: Cambien de organizador, y habiliten los fuegos artificiales, que ya leimos el informe de Defensa Civil y deja mucho que desear.
Acá el vídeo promocional de IRON MAIDEN en COLOMBIA, simplemente estupendo.

Comentarios

Anónimo dijo…
Venga tiu!
que post tan emotiu i ningú ho ha comentat, és que la joventut no aprecia l'art o és que Iron maden acovardir amb la seva grandesa peculiar per als conservadors!
No importa, el que importa és que es nota que en gaudeixin intensament! i d'això es tracta la vida, que bé per tu!!
Petonets!

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