Cambio de piel (SOBRE ESTE BLOG)

Desde hace cinco años vengo administrando este blog que, francamente, empezó como la ilusión de un ejercicio literario de disciplina y se convirtió, con el tiempo, en una carga pesada que "había que..." administrar; en lugar de ser placentero y divertido se fue convirtiendo con los meses en una responsabilidad, en una obligación que no disfrutaba. Nunca he sido pegado a una sola materia. Me explico: me interesa tanto la literatura como la biología, los nuevos descubrimientos arqueológicos o el último éxito de AC/DC. Supongo que se debe a mi formación universitaria de científico social (eso espero). Y no soy de leer todos los días noticias sobre escritores porque, la verdad, me cansan sus éxitos mientras yo lucho por conseguir el mío, que no me jodan; y ya hay buenos blogs dedicados a eso y con más esmero y calidad que este blog. Prefiero entonces leer a Iván Thays en su nuevo Moleskine (que no me gusta mucho, la verdad, no se puede opinar y tampoco se puede regresar al post anterior) o a mi compadre Ruiz Ortega con su Fortaleza de la soledad y con eso me basta para tener el panorama claro. Entonces ¿para qué insistir en un blog "literario"? Administro además el blog de Casatomada, que sí es literario y tiene cosas bastante interesantes. Entonces, me preguntaba ¿para qué insistir? He decidido cambiar la dirección de este blog que, en realidad, se ha convertido en una bitácora de anotaciones al margen, cosas que me resultan interesantes y que encuentro en el camino.
Así que, como sé que algunas personas leen este blog (cosa que agradezco sinceramente) van estas líneas. Desde ahora escribiré sobre lo que me guste de este mundo (que son muchas cosas más allá de la literatura, muchas más) y mientras espero a que regresen aquellos días por fin dedicados a escribir, a mirar por la ventana y caminar pensando simplemente en historias, escribiré más relajado, sin pretensión alguna. Tal vez bajen mis lectores (o se vayan los pocos que tengo), pero al menos seré sincero conmigo mismo. Tengo una carga menos sobre mis hombros, y era una bastante pesada. Ahora escribiré más y, espero, mejor.
Soy un hereje de la literatura (y de muchas cosas más, detesto los encasillamientos); claro, las letras no son mi religión, jamás lo han sido. Escribir es mi vida. Y la literatura viene a mí, porque esa es la forma en que la vida aparece: viene a ti, como siempre.
Hasta entonces.

Comentarios

Anónimo dijo…
Te seguiremos leyendo, compadre...
Un abrazo fuerte.
Saludos.
Jesús Jara.

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