Mensaje cifrado (fin del feriado largo)
Esta mañana en la peluquería, mientras el marica se ocupaba en encontrar las leyes que rigen mi peinado, me di cuenta de que ya no era joven. Ese espejo no podía mentir. Ojeras verdaderamente siniestras. Mi expresión me asustó. Los 35 años cumplidos no hace poco están allí, innegables. Época de madurez. Y sin embargo, sin espejos, me siento aún inmaduro. Pienso que estoy justamente a la mitad de mi vida. Tal vez esto sea sólo una coartada de mi subconsciencia, una defensa ante el sentimiento envolvente del fracaso. ¿Cuándo escribiré un gran libro? Antes decía: a los 30 años. Ahora pienso que tal vez mi salvación esté en la década de los cuarenta. Si en ella no me realizo como escritor -al menos como eso, pues en los demás terrenos no tengo esperanzas- creo sinceramente que me pegaré un tiro.
...a veces la vida debería ser como en un video (¿no, Nadija?)
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Abrazos!
OA