"Mitad monjes, mitad soldados", el libro que destapó los casos de pederastia del Sodalitium en el Perú


Pedro Salinas. Foto: Jorge Luis Gómez

En nuestro programa 37 de “Fahrenheit 051″, conversamos con el escritor y periodista Pedro Salinas, autor -en colaboración con Paola Ugaz- de una de las publicaciones de investigación periodística más importantes del año: “Mitad monjes, mitad soldados”, trabajo que recoge el testimonio de treinta ex miembros del Sodalicio de Vida Cristiana (SVC).
Dicho movimiento fue fundado hace más de cuatro décadas por Luis Fernando Figari Rodrigo, personaje siniestro, acusado de abuso sexual a menores de edad y que está ahora refugiado en Roma, lejos del alcance de la justicia peruana. “Lo único que no puede hacer un sodálite, es parir”, reza una de las máximas de Figari. Y es cierto. Los miembros del sodalicio podían hacer todo, aguantar todo, soportar todo, aún a costa de ellos mismos ¿Por qué? Porque el perverso sistema de sumisión, que las cabezas de esta secta habían desarrollado, los entrenaba para ello.

Y he allí tal vez la razón por la que estas denuncias han demorado tantos años en salir a la luz: desde que se ingresaba al sodalicio, el aspirante, normalmente de entre 13 o 14 años, era sometido a una serie de pruebas y vejaciones con el argumento de ir preparando su espíritu, ir forjando su carácter, o ir poniendo a prueba su fe. En realidad se trataba de alejarlos de sus familias, romper sus vínculos más cercanos, minar sus bases interiores, y luego aprovecharse de ellos.


Cada denuncia realizada al interior de la Iglesia ha sido sistemáticamente silenciada, por años, y los culpables han sido castigados con “retiros espirituales” en casas de playa o en la misma Roma. Los treinta testimonios que recoge Salinas en este libro son bastante duros, crudos, explícitos, y a pesar de ello uno no puedo sino imaginar –lejanamente pero con terror- el drama de cada una de las víctimas. Esto, al parecer, no es más que la punta del iceberg, pues con la publicación de este libro han aparecido más denuncias. El Ministerio Público ya tomó cartas en el asunto, pero el poder de la iglesia es grande e influyente en todos los niveles.

La reflexión final no puede ser más perturbadora: ¿en manos de quién dejamos a nuestros hijos? Una entrevista imperdible que pueden escuchar en el siguiente podcast:

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